Oferta de Vacante (08/10/2020)
Las partículas de polvo mineral se hallan presentes en escenarios tan diversos como el medio interestelar, las atmósferas planetarias, las colas de los cometas o los discos en torno a las estrellas jóvenes. Conocer las propiedades de estas partículas resulta esencial no solo para evaluar sus efectos, como el aumento o descenso de las temperaturas en el caso de la atmósfera terrestre, sino también para obtener información sobre la estructura y evolución de los objetos donde se encuentra. En el Sistema Solar, los objetos que constituyen la clave para desentrañar esa historia son los cometas. Los núcleos cometarios se describen como bolas de polvo heladas y, desde su formación en los orígenes del Sistema Solar, han permanecido alejados de la radiación del Sol y a muy bajas temperaturas, de modo que el material que los compone apenas ha cambiado. De hecho, este carácter prístino de los cometas se confirmó gracias a la misión Rosetta (European Space Agency), que acompañó al cometa 67P en su órbita alrededor del Sol y pudo estudiarlo in situ.
Los datos de 67P han incidido en un problema ya conocido sobre los rasgos de las partículas de polvo en el universo. Por un lado, los datos de las observaciones de 67P desde tierra apuntaban a que se trata de partículas del tamaño de la micra y que coinciden con los de la misión Giotto sobre el cometa Halley. Por otro, los datos de los instrumentos que analizaron el polvo de 67P in situ indicaban que las partículas dominantes medían varios milímetros, una conclusión que coincide a su vez con los datos del polvo observado en los discos de formación de planetas en torno a estrellas jóvenes.
El problema se ha resuelto gracias a los datos experimentales aportados por el Laboratorio de Polvo Cósmico (CODULAB) del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Tradicionalmente, en el laboratorio hemos trabajado con nubes de partículas micrométricas. Para resolver el problema planteado con los estudios del cometa 67P hemos hecho pruebas con partículas de polvo de distintos tamaños y características. Finalmente concluimos que aquellas que conseguían reproducir tanto la señal de las observaciones desde tierra del cometa 67P como las de los instrumentos a bordo de Rosetta eran partículas grandes, porosas, con forma achatada y con inclusiones orgánicas de pocas micras. Los resultados obtenidos nos han motivado a añadir una mejora al experimento: incluir un levitador acústico para levitar la muestra de interés durante las medidas. Esto nos permitirá trabajar con partículas con tamaños del orden de los milímetros añadiendo la ventaja de poder recuperar la muestra después de las medidas. De esta forma podremos trabajar, no solamente con muestras terrestres análogas a las de polvo cósmico sino, llegado el caso, también con valiosas muestras extraterrestres.
El Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC ofrece un contrato Titulado/a Superior/Ingeniero/a a cargo del proyecto LEONIDAS RTI2018-095330-B-I00.
Duración: Un año.
TAREAS: El/la candidato/a participará en el diseño de un levitador acústico a desarrollar en el IAA para levitar y controlar la orientación de las muestras de polvo durante las medidas. Además estará involucrado/a en el análisis y publicación de los datos obtenidos en el laboratorio. Recomendable conocimiento en física y programación en JAVA. Se valorará positivamente título de Máster.
Interesados contactar con el Prof. Andrés Roldán (amroldan@ugr.es)